El proceso de seguimiento interno de Edesur que realizará el gobierno es un camino que se iniciará con acciones concretas en los próximos días. Se nombrará un gerente técnico que recaerá en la distribuidora eléctrica, se sumarán universidades públicas para cooperar con el supervisor, y en paralelo el Ente Regulador de Energía (ENRE) prepara un presidente Alberto Fernández un informe detallado sobre la situación general de la empresa, cortes, calidad del servicio y problemas operativos.
Desde entonces, el ejecutivo nacional debe tomar la decisión final sobre qué hacer con la empresa, lo que ya anunció, en la misma reunión que sostuvo esta semana con el ministro de Economía, Sergio Massa, quien decidió salir del país y vender su participación.
según lo encomendado Página I12 Según fuentes, entre el miércoles y el jueves de la próxima semana el ENRE formalizará la disposición para que los representantes estatales concurran a la empresa a revisar los trámites relacionados con el servicio. En el mismo acto, se comunicará quién es el líder que dará órdenes a los técnicos del ENRE que participan en la empresa para que realicen el monitoreo en terreno. Será el ingeniero a cargo de la agencia comandada por Walter Martello, quien también estará acompañado por técnicos de la agencia. Asimismo, además de técnicos de la Universidad de Buenos Aires, también se sumarán especialistas de la Universidad de La Plata, que hoy tiene una formación específica en el campo de la ingeniería eléctrica. La idea es que el proceso sea verificado por especialistas que no estén directamente conectados con intereses gubernamentales específicos.
mensaje reservado
En dos o tres meses, el presidente Alberto Fernández tendrá en sus manos un informe con las conclusiones técnico-administrativas elaborado por el ENRE. El documento es de sensibilidad extrema y se redacta con cuidado quirúrgico, porque es el material que permitirá al ejecutivo definir lo que hará jurídicamente con el estado de la sociedad.
La trama actual es complicada porque cualquier desliz o error tipográfico, que el gobierno dice que se considera que afecta al capital, puede llevar a la empresa a tribunales internacionales. Esta es la razón principal por la cual la decisión no acepta el retiro de la concesión. Otra razón es que la misma empresa está en declive. A principios de esta semana fue el director general de Enel (el accionista mayoritario de la capital italiana), claudio cunha, quien, en una reunión con Massa y la ministra de Energía, Flavia Royonová, expresó que la empresa se iba del país. Esto, según su testimonio, fue el detonante para que Massa formalizara de inmediato el desembarco del Estado en la empresa, en el que la empresa no cumplirá con las ayudas a los afectados por los cortes de luz.
Aunque Edesur aún tiene 60 años de concesión y seguirá a cargo del servicio, ha decidido vender más del 50 por ciento de sus acciones a un nuevo comprador. De hecho, en una presentación de la bolsa de valores hace unos meses, la compañía dijo que La venta ya está gestionada por Banco Santander eventos. Lo paradójico, y esto es lo que precipitó el pedido de intervención de Massa, es que estas operaciones de una empresa que amenaza con irse se dan en un marco en el que el Estado confirma aumentos de tarifas que impactarán directamente en la inflación, aumentos tomados directamente por empresas que no proporcionar el servicio.
Descarga y espejo con Edenor
En este escenario, en lugar de pensar en quitar la concesión, el gobierno utiliza la instancia de venta para tratar de influir en quiénes serán los nuevos compradores. Según el gobierno expropiar Significa pagar dinero que el Estado no tiene hoy, con el riesgo de demandas internacionales y sobre todo en un momento en que la sociedad está en declive. En resumen, si el Estado siguiera esta línea, casi estaría jugando con el interés de la empresa de retirarse con una ganancia que sería una recompensa demasiado grande para su larga historia de comportamiento con los clientes. por defecto.
Esta revista también consultó sobre la diferencia entre los dos Edenor y Edesur, dos privatizadas que adquirieron el área de concesión que tenía Segba en las privatizaciones del menemismo. Los datos muestran que en calidad de servicio la diferencia es de 5 a 1 a favor de Edenor, incluso en una zona donde atiende a una clientela cada vez más compleja.
Por ejemplo, toda la zona más caliente de la capital atendida por Edesur tiene líneas subterráneas para proteger el servicio de los problemas climáticos, y aun así hay cortes.
Por otro lado, quienes conocen el mercado y sus actores dicen que Edenor, hoy en manos del tándem nacional que forma Daniel Vila y José Luis Manzano (Grupo América) y Mauricio Filiberti de Transclor tiene un juego político diferente con el Estado. Con la compañía también invirtiendo para posicionarse en otros negocios no energéticos. Esta mayor inversión, según fuentes del ENRE, responde tres o cuatro minutos antes de los cortes y duplica el número de dotaciones de vigilancia respecto a las gestionadas por su gemela Edesur.