El la pobreza alcanzó el 43,1 y la pobreza el 8,1 por ciento de la población urbana en 2022. El número de personas cuyos ingresos no alcanzan para comprar una canasta básica de alimentos para subsistir se ha reducido en menos de un punto e incluso llegó a un nivel más bajo que en la época previa a la pandemia. Por el contrario, la pobreza aumentó en casi un punto porcentual con respecto al año anterior. Si bien los hogares en quintas y de los estratos bajos son los más afectados, los nuevos pobres provienen de los estratos medios no profesionales. sin programas asistencia social del estado, necesidad lograría 19,6 por ciento de los argentinos y argentinas y la pobreza al 50 por ciento.
Hay 16,5 millones de argentinos y argentinas que no cuentan con los ingresos necesarios para adquirir la Canasta Básica Total -que incluye otros artículos de primera necesidad como ropa y transporte además de la alimentación- y 3,8 millones sin hogar. Retrocediendo un poco más en el tiempo, ambas cifras muestran una tendencia al alza entre 2017 y 2019, que se acentuó en 2020 debido a la pandemia. Ya en el período pospandemia se observa una tendencia a la baja en la tasa de pobreza y estabilización o cambios menos significativos en la tasa de pobreza.
El factores que pueden amortiguar o incluso revertir la tendencia creciente la pobreza y la pobreza de ingresos en el contexto del crecimiento inflacionario son según investigadores de EE.UU. Observatorio de la Deuda Social Argentina UCA» estrategias familiares adoptadas por los hogares para adquirir recursos -mayor esfuerzo productivo y mayor cobertura de la política pública -y no la calidad de los empleos, ni el desarrollo de las remuneraciones y beneficios en términos reales”, señala el informe anual del instituto con más de veinte años de trayectoria en la medición de estos indicadores. .
Analizando cuánto han afectado estos indicadores según el nivel socioeconómico del medio urbano, se observa un claro aumento tanto de la pobreza como de la pobreza de quienes viven en villas y barrios populares (del 9,3 al 22,8 por ciento de los pobres y del 57,6 al 75 por ciento). 9 por ciento de los pobres) entre 2017 y 2020. Después de 2020, los indicadores para esta población disminuyen y, por el contrario, aumentan para las personas con un nivel socioeconómico medio-bajo, es decir, ubicadas en el tercer cuartil de la distribución. Al realizar el mismo ejercicio discriminado por clase profesional, el resultado es similar: los nuevos pobres en la pospandemia provienen de los sectores medios no profesionales.
estado actual
El paquete de asistencia social destinado por el Estado a transferir ingresos y/o alimentos a los hogares impidió que la cifra de indigentes llegara al 19,6 por ciento -en lugar del 8,1 por ciento registrado- de la población argentina. Este efecto inmediato de las transferencias de ingresos sobre la pobreza es menor que el efecto registrado sobre la pobreza, que la UCA estima que llegaría al 50 en lugar del 43,1 por ciento de la población.
El asistencia pública desempeñó un papel activo en la gestión de situaciones de deterioro. Durante 2022 será El 51,7 por ciento de las personas fueron ayudadas por alguno de los programas o complementos implementados.. “Es imposible retirar esta ayuda sin provocar un caos económico y social”, responde el responsable del observatorio. Agustín el Sabio, a una pregunta sobre la propuesta de algunos candidatos presidenciales de eliminar los planes sociales durante la presentación del informe. En 2021, al calor de la recuperación económica pospandemia, la asistencia social llegó al 44,7 por ciento de las personas.
La presencia del Estado también se observa en la dimensión de acceso a los servicios básicos, que muestra una mejora en el período 2017-2022, lo que se explica por un mejor acceso absoluto a la conexión a la red de alcantarillado “fuertemente conectado con la inversión público», dicen en la UCA.
En este sentido, si bien la mejora es visible en todos los estratos, marginales fueron los que tuvieron un mejor desarrollo en términos relativos, los cuales redujeron su déficit de manera muy significativa. “Los problemas en términos de servicios son similares para quienes viven en villas o barrios marginales, no son segmentos muy diferentes en términos de acceso a los servicios públicos”, señala Salvia.