Las últimas estimaciones sobre la extensión de la sequía en la cosecha de cultivos exportables han intensificado las preocupaciones que ya mostraban las perspectivas para este año en cuanto a la falta de divisas. Según el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la cosecha de soja en este ciclo de campaña alcanzará apenas 29 millones de toneladas y el maíz 37,5 millones, con pérdidas de rendimiento de hasta 50 por ciento respecto al promedio de las últimas cinco campañas.
«La distribución de los costes de la sequía dependerá de las políticas que se adopten», dice el informe, que se publicará en los próximos días y corresponde a un flamante think tank o grupo de expertos En este análisis no se recomienda la fórmula del megaajuste fiscal en un intento de responder a la escasez de dólares.
Pero la situación obligará a «un acceso restringido a dólares de las reservas, un régimen cambiario que limita el dólar oficial, los dólares baratos, sólo a la producción básica como la alimentación». El resto, especialmente los dólares financieros y de otros servicios, deben obtenerse de otros mercados, sugirió una fuente destacada en el arco económico que liderará este nuevo espacio para el debate de ideas.
La audaz propuesta, que destaca una alternativa a lo que tradicionalmente se denomina acciones de tipo de cambio, podría convertirse en el punto central del debate económico del año. Dado que la forma en que se defina la distribución de los costos de la sequía también dependerá, por un lado, de si algunos sectores económicos se salvarán o condenarán, especialmente los vinculados al mercado interno, a pagar los gaiteros con una severa recesión. Esto podría suceder si se deja abierto el grifo de los dólares que requiere el sector privado y el gobierno adopta políticas de ajuste fiscal.
Por el contrario, buscar un mayor control cambiario en una emergencia, favoreciendo las condiciones para la producción de bienes de consumo interno masivo, obligaría a repensar mucho más profundamente el programa económico que actualmente se lleva a cabo con el FMI.
Sin contacto directo por el momento con quien formuló estas propuestas, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, también mencionó la necesidad de revisar el acuerdo con el fondo. “Necesitamos reestructurar el acuerdo para que nos permita crecer”, dijo desde Río Negro.
Cristina también descalificó a quienes cuestionan el déficit fiscal como eje de todos los males de la economía. «No es que esté abogando por un déficit, sino por la participación del Estado en la economía para satisfacer las necesidades y evitar la recesión».
Este sábado, se esperaba que el Ministerio de Economía anunciara un acuerdo con el FMI para aprobar las metas para el cuarto trimestre y posiblemente revisar las metas de reservas para este año. Pero el anuncio parece haberse pospuesto.