Las medidas del ministro de Economía, Sergio Massa, para imponer a los organismos estatales, entre ellos el Fondo de Garantía de Sostenibilidad ANSES– a canjear sus bonos en dólares por otros candidatos en pesos para calmar la volatilidad de los dólares financieros, desatando una serie de especulaciones sobre el impacto en el organismo de pensiones, mayor tenedor de estos títulos. La discusión, siempre incompleta y confusa, se centró en si se está desperdiciando el «dinero de los jubilados». Lo cierto es que el Estado argentino es el que paga las pensiones todos los meses, mientras que el FGS es el fondo de contingencia que tiene la organización.
Pero si tomamos como una lectura cierta que el dinero de las pensiones se está expandiendo, vale la pena mirar cómo se han desarrollado los fondos del FGS en los últimos tres gobiernos y ver cuál ha sido el que ha «gastado» ese dinero, sobre todo cuando desde el Ministro A Massa le pidieron que fuera al Congreso a dar una explicación y fue la propia Elisa transportado quien lo acusó de malgastar los fondos de compromiso.
Los números en este contexto sorprenden y le quitan argumentos a la actual oposición en particular. El estudio de la ANSES publicado en febrero de este año midió el desempeño del FGS desde sus inicios, en 2008 tras la nacionalización de los fondos de pensiones, hasta la actualidad. Ahí se puede ver que el único período de colapso de los fondos del FGS fue en los años 2015-2019. Bajo Mauricio Macri, los ingresos del FGS cayeron 47 por ciento, en contraste con crecimientos del mismo volumen en los gobiernos de Cristina Kirchner e incluso de Alberto Fernández, quienes tuvieron que enfrentar una economía con mucho más ruido externo que la suya. antecesores.
Un gran factor definitorio del FGS en la era Macri fue el mal manejo de la economía, pero también las presiones que ejerció sobre los fondos de pensiones en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En números, en noviembre de 2008, FGS estaba valuado en $23.749 millones. Desde entonces hasta noviembre de 2015, cuando finalizó el reinado de CFK, FGS creció un 179 por ciento y alcanzó aproximadamente $66,208 millones en sus arcas.
La otra cara era la situación que tenía el mismo fondo cuatro años después, al terminar el gobierno de Macri. Casi diciembre de 2019, FGS sufrió una fuerte caída del 47 por ciento con una valuación de $34.831 millones.
La pregunta es a dónde se fue el dinero. Gran parte se utilizó para sofocar el desorden en las cuentas públicas y el resto para cubrir la brecha en el FMI. En junio de 2018, el gobierno de Macri solicitó un préstamo de $57 mil millones. Un año después, el exministro de Economía Nicolás Dujovne anunció en una presentación al Congreso que un tercio de los ingresos se destinaron a pagar a los pensionados como parte de la llamada reparación histórica, un bono para los pensionados que no tuvo ningún efecto positivo, pero que fue caro. Luego también advirtió Espléndidamente que habría transferencias adicionales del FGS a la ANSES de casi 10 mil millones de pesos mensuales.
En este caso se utilizó dinero del FGS, que no se utiliza para pagar pensiones, sino que forma parte de las obligaciones de ahorro. En este caso, el anuncio de Massa, aunque es una medida insólita y con lógicos cuestionamientos, no utiliza ese dinero, sino que canjea bonos en dólares por pesos a un precio competitivo. En un país donde el peso está perdiendo valor día a día, naturalmente estos cambios de dólar a peso están haciendo ruido. Último dato: también es el acuerdo con el FMI al que llegó Macri, que impidió al Gobierno nacional utilizar otros mecanismos o sus propias reservas para limitar la volatilidad del tipo de cambio en un escenario donde las herramientas básicas de política económica son limitadas.