Cuando se le preguntó cómo cree que será la economía el próximo año, 90,5 por ciento de votantes del Frente de Todos, encuesta de la consultora Analogías v diciembre 2019lo contestó mejor. La mayor expectativa de esta parte del electorado era que el nuevo gobierno trajera un cambio en la política que caracterizó al liderazgo de Juntos por el Cambio.
Específicamente, el 92 por ciento quería congelar las tarifas de los servicios públicos, el 89,5 por ciento apoyó la aprobación de la Ley de Emergencia Económica y Social, que le daría al presidente más poderes para enfrentar la crisis, el 88,2 por ciento quería un impuesto extraordinario a la renta de los bancos, el 80,8 por ciento quería un aumentar los salarios por decreto, el 78,1 por ciento dijo que el crecimiento primero debe pagar la deuda externa, el 71,5 por ciento cree que se debe aumentar el impuesto a la propiedad personal y el 64,9 por ciento se mostró a favor de aumentar las retenciones en las exportaciones agrícolas.
La ideología que caracterizó a los votantes del actual partido de gobierno se podría resumir en el lema “luchar contra el capital”. Se esperaba que el Frente de Todos se mantuviera firme frente a las empresas privatizadas, los bancos, los prestamistas extranjeros, las grandes riquezas y los ruralistas, y jugara un papel decisivo a favor de la recomposición del ingreso de los sectores populares.
«Había una plataforma para hacer reformas estructurales»Actualmente, Analogías estima con base en encuestas de 2019 que indicaron un amplio consenso sobre la gravedad de la crisis y la necesidad de que el gobierno actúe con decisión. Así se expresó el 90,8 por ciento de los votantes de FdT, mientras que la existencia de «sociales y económicas» también fue admitida por una importante mayoría de votantes de Juntos por el Cambio con un 66,9 por ciento.
2023
La última encuesta nacional realizada por la misma consultora el mes pasado se redujo a solo 23.1 por ciento universo de los que creen que la economía va a mejor este año. El 32,8 por ciento piensa que será peor, el 19,3 por ciento dice que será igual y el 24,8 por ciento no sabe. Imagen de Alberto Fernández se divide entre 34.1 por ciento positivo y 63.6 negativocon 2.3, que no se definió.
Un punto clave que revela el cambio radical de expectativas entre la llegada del actual gobierno y el presente es la evolución del poder adquisitivo. Ahora, el 47,3 por ciento de los encuestados dice que habrá una disminución este año, en comparación con solo el 16,7 por ciento que predice un aumento. El 19,3 por ciento cree que seguirá igual y el 24,8 por ciento no lo sabe.
El presidente reconoce que «hay problemas con los salarios» pero aún no quiere repetir la medida que tomó a principios de 2020 de aumentar los salarios por decreto, diciendo que las paridades ahora están funcionando y el gobierno las está cumpliendo. por ejemplo, con convocatorias preliminares al Consejo de Salario Mínimo, como la que se realizará nuevamente la próxima semana.
Fernández también destaca el crecimiento del empleo, que eleva los costes laborales. “Solo manteniendo nuestras políticas de desarrollo inclusivo seremos capaces de crear empleos y crear una sociedad más igualitaria”, dijo en las palabras de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, donde defendió su huella moderada.
Acciones y resultados
“El gobierno ha cumplido gran parte de la agenda propuesta en 2019: declaró la emergencia económica y social apenas asumió el poder, suspendió las alzas de tarifas (aunque ahora empieza a subirlas), aumentó el patrimonio personal y durante la pandemia hizo cumplir la ley de aporte extraordinario de grandes activos, ajustó los derechos de exportación de algunas producciones agrícolas, renegoció (a pesar de las diferencias en la coalición) la deuda con el FMI y comenzó a pagarla, y en enero/febrero de 2020 ordenó un aumento salarial , aunque ahora hay una demanda social muy fuerte para que el presidente lo repita”, analiza Analogías.
Ante la asamblea legislativa, el mandatario hizo un balance positivo de los principales aspectos de su gestión. Mencionó dos años consecutivos de crecimiento económico en 2021 y 2022, 23 meses de aumento en el empleo registrado, 29 meses de aumento en el empleo industrial, récord en inversión privada, récord en exportaciones e importaciones, avance en la economía del conocimiento, un récord en la producción de hidrocarburos, un récord en la actividad turística, la recuperación de la rentabilidad en las pequeñas y medianas empresas, el progreso de las economías regionales, la reestructuración de las deudas con los acreedores privados y el FMI, y el ajuste macroeconómico gradual.
«Estoy convencido de eso pusimos los cimientos sobre los que construir el gran país que soñamos», subrayó al final.
FMI y Edesur
Como se indicó anteriormente, tanto la imagen de Fernández como las expectativas sobre el desempeño de la economía y el ingreso nacional se encuentran en niveles bajos. El humor social no concuerda con la valoración del jefe de Estado sobre su gestión.
Una secuencia casi increíble de conmociones. de diversa índole, como la pandemia, la guerra en Europa, la histórica sequía, la suba de las tasas de interés en Estados Unidos al nivel más alto en décadas, y ahora la turbulencia financiera en este país y a escala mundial no se puede omitir en el análisis. Y si bien la respuesta del gobierno del Frente de Todos fue sustancialmente distinta a la planteada por Juntos por el Cambio, los pasos dados no fueron suficientes para mantener el apoyo de una parte importante de sus electores en las legislaturas de 2021, y las perspectivas que señalan las encuestas son no es el mejor para las próximas elecciones nacionales.
Dos casos de este momento muestran el desencanto con la impronta de la moderación. Una es la respuesta del gobierno a un aparente incumplimiento Edesauro. Si bien es cierto que los accionistas de la distribuidora eléctrica han anunciado que se van del país y ponen en venta la empresa, también hay un historial de retiro de concesiones que ha terminado en millones de demandas contra el Estado en la corte del Banco Mundial. -que ha fallado reiteradamente a favor de los privatizados más allá de los desastres que han provocado-, usuarios, alcaldes y entidades consumidoras exigen al gobierno que no trate más y retire la concesión.
Otro hecho es la renegociación de los objetivos del acuerdo con FMI. El gobierno logró cambiar el requisito de acumulación de reservas, pero a pesar de que la sequía afectó la recaudación de ingresos, no cambió el patrón del déficit fiscal. La capacidad de recortar el gasto en un escenario recesivo puede castigar aún más los niveles de actividad. En un año electoral, más que moderado, este camino parece un tiro en el pie.