Las empresas que elaboran alimentos y productos de la canasta básica han acusado al gobierno de acción directa de que están entrando en una especie de guerra fría que desafía cualquier intento oficial de regular los precios. Según información exclusiva obtenida por él Página I12Grandes supermercados están rechazando listas de precios de productos básicos con aumentos de entre 20 y 45 por ciento, muy por encima del 3,2 por ciento que las mismas empresas acordaron con el Gobierno Nacional como parte de Precios Justos.

Es por este rechazo a listas creadas por comercios pertenecientes a la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) que el cumplimiento de la directiva Justos en los hipermercados se acerca al 98 por ciento; mientras que fuera de las grandes cadenas, los negocios de barrio no tienen la columna vertebral para decir no a los listados de grandes marcas y terminan vendiendo a un precio más alto.

Este comportamiento, luego de varios meses de cambio de Ministro de Economía y varios acuerdos, tiene un aspecto político: las empresas observan, como sucedió en administraciones anteriores, que el oficialismo lleva más de 6 meses en el cargo y le quedan pocas facultades. resistir los ataques de las empresas que nuclean la producción de alimentos. acerca de debilidadestán presionando por mayores aumentos de precios, algo similar al enfoque que tuvieron las mismas empresas hacia el final del gobierno de Mauricio Macri.

La lista de listas rechazadas por los hipermercados es varias. tazón de azúcar ledesma, Blaquier, aprobó un aumento del 40 por ciento. El sector harinero en su conjunto, donde conviven AdeccoAgro, Molinos y Cañuelas, muestra incrementos del 22 por ciento. Mientras que las arroceras han pedido un aumento del 45 por ciento. Aparte de que estos dos últimos aumentos son superiores a lo que permite el Gobierno, se entiende que el impacto es mayor por el golpe provocado por la sequía.

Pero hay otros casos que muestran cómo las empresas enfrentan al gobierno con aumentos. Por el lado de la comida, hubo un aumento muy por encima del promedio Mondelez (Ex Kraft) y Cervecería Quilmes, lo que lo hizo a través de una baja en las promociones corporativas, lo que significó aumentos de precios. También lo es Procter and Gamble, la empresa de higiene y limpieza.

Por otro lado, los lácteos ordeño anunció a las cadenas que «3,2 gobiernos no nos sirven» y recorrió las listas con subidas superiores al 9 por ciento. Arcor encabezó las listas de la serie con un aumento del 5 por ciento, mientras que Bodegas Balbo (Los Haroldos) vio un aumento del 9 por ciento.

Cabe señalar que el Ministerio de Economía a través de Secretaría de Comercio Interior, estableció una ruta de estabilización de precios que fue acordada con las empresas. Inicialmente, el incremento máximo permitido era de 4 por ciento, y luego se redujo a 3,2 por ciento ante la intención oficial de reducir las expectativas de inflación. Aunque el acuerdo era voluntario, todas las mismas firmas que hoy recaudan prometieron a Sergio Massa que no recaudarían más de las pautas oficiales. Hoy, el paraguas que frena la aplicación de estos aumentos de precios de los alimentos son los mismos hipernucleares en ASU (entre ellos Coto, Cencosud, Carrefour, Chango Más), por lo que los precios son más baratos en las grandes cadenas.

Pero las mismas listas que rechazan las supergrandes las presentan las empresas de alimentos en las tiendas de barrio, que por no tener los antecedentes económicos y necesitar el volumen de mercadería, se ven obligadas a llevárselas para luego venderlas al mismo precio. los hipermercados venden a precio regulado. recursos Federación de Trabajadores de la Alimentación de la Provincia de Buenos Aires Aseguraron a este diario que el precio de la harina había subido hasta en un 50 por ciento en los distritos. Y lo mismo ha ocurrido con derivados como las galletas, que crecen a un ritmo mensual del 10 por ciento desde enero. Los fideos secos aumentaron el mismo porcentaje.

El gran problema para el gobierno es que, además de la disputa que generan las empresas que no cumplen con los acuerdos, el hecho de que el Estado no sea efectivo en vigilar lo que sucede fuera de los hipermercados, en los barrios, no solo afecta más al bolsillo. de los que menos tienen, pero es crucial que el IPC del INDEC siga mostrando un crecimiento alimentario muy fuerte.