La aceleración inflacionaria cada vez mayor que sufre la economía nacional es otra razón de peso para el cambio urgente de la meta fiscal del acuerdo con el FMI. La política de compensación de ingresos del gobierno para mantener a flote el poder adquisitivo de los sectores populares se ve desbordada por tanta inflación. La clave, por supuesto, es detener el impulso del IPC, pero mientras tanto es necesario extender las ayudas a los ciudadanos y para ello se necesita un aumento del gasto público.

Esta semana, el ministro de Economía, Sergio Massa, y la titular de la Anses, Fernanda Raverta, anunciaron el aumento de pensiones, subsidios y pensiones para junio con base en la Ley de Movilidad. El ascenso será 21 por ciento (20.92), frente a la inflación, que en este trimestre (abril-junio) oscilará entre 5 y 6 puntos arriba ese nivel Para compensar, el gobierno mantendrá y ampliará las bonificaciones cobradas a quienes ganan el salario mínimo, con extras de 15.000 pesos en junio, 17.000 en julio y 20.000 en agosto. También habrá complementos para quienes perciban hasta dos salarios mínimos, en forma decreciente hasta 5 mil pesos.

Esta estrategia es totalmente efectiva para neutralizar el crecimiento del IPC solo para el primer grupo, los pensionistas del mínimo, que es el 65 por ciento del total, unos 4,8 millones de personas. En su caso, contando el aumento de junio y los bonos, sus ingresos del último año subirían un 130 por ciento, mientras que el IPC estaría ligeramente por debajo de esa cifra.

Desde, la medida pierde impacto en quienes ganan hasta dos salarios mínimosque es casi otro 20 por ciento de los jubilados, 1,4 millones de personas. El 16 por ciento restante, 1,2 millones, no reciben bonificación y su situación empeoró al mismo ritmo que aumentaba el índice de precios al consumidor.

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Casos

La jubilación mínima a partir de junio será de 70.983 pesos, más las bonificaciones antes mencionadas. Pero los que ganan más de dos salarios mínimos, o más de 142.000 pesos mensuales, seguirán sin ayuda estatal. y sufrirán una grave erosión de su poder adquisitivo. En 2022, este amplio sector de pensionados sufrió una caída de ingresos reales de 11 puntos. La inflación fue del 94,8 por ciento el año pasado, pero la movilidad de las pensiones trajo un aumento de sólo el 72,5 por ciento.

En la primera mitad de este año, la situación sería aún más grave. El aumento de las pensiones por movilidad fue de 17,04 por ciento en marzo, frente a una inflación de 21,7 por ciento en el primer trimestre. Para el período abril-junio, la recomposición de activos reportada esta semana es de 20,92 por ciento, mientras que la inflación proyectada para el período fue de 23,5 por ciento, según la encuesta de expectativas de mercado del banco central. Esa última cifra seguramente será revisada al alza, ya que asesores y especialistas habían estimado la inflación en 7,5 por ciento en abril, pero este viernes supieron que era casi un punto más alta, en 8,4 por ciento.

Por lo tanto, la brecha entre el aumento de la movilidad y la inflación se está ampliando y peor es la pérdida de poder adquisitivo entre los jubilados que no cobran primas. Será de al menos 5 puntos en el primer semestre y puede llegar a 6 o 7 puntos si la inflación se mantiene en los niveles del mes pasado. Por lo tanto, en año y medio estos pensionistas perderán de forma realista 17 o 18 puntos de su patrimonio.

En esta situación, como se mencionó anteriormente, están quienes ganarán más de 142.000 pesos mensuales desde junio hasta la pensión máxima fijada en 477.347 pesos a partir de este mes. Como se observó, No son sectores privilegiados que puedan asimilar fácilmente una caída en sus ingresos.

Un poco menos significativa es la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados que reciben una o dos pensiones mínimas porque reciben parte de los bonos de compensación, pero sus ingresos siguen estando por debajo de la inflación. Por ejemplo, los que ganan solo 5.000 pesos más del mínimo, o 76.000 pesos al mes, con el aumento de junio más un bono extra sobre el IPC, saldrán perdiendo ya que tendrán un aumento del 42,9 por ciento en el semestre. y la inflación apunta a superar el 50 por ciento.

Fórmulas

En cualquier caso, la fórmula de aumento de pensiones aprobada en este gobierno es mejor que la anterior, aprobado en el gobierno de Juntos por el Cambio. Con el sistema vigente cuando Mauricio Macri era presidente, los activos de pensiones aumentarían 239,9 por ciento entre 2021 y la primera mitad de este año. Por otro lado, con la fórmula actual, el aumento se logrará 272,8 por ciento.

La comparación la hizo el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). «Con la nueva ley llegará a la pensión mínima 70,983 pesos en junio. Con la ley anterior, la movilidad habría aumentado 64,644 pesoses decir, 6338 pesos menos”, dice el estudio.

“La pensión media llegará a lo mismo con la nueva ley 109,531 pesos en junioy el agregaria 95,914 pesos con el anterior, es decir, la diferencia 13,616 pesos» él añade.

Finalmente, CEPA advierte que “en el acumulado de diferencias desde principios de 2021 (aplicación de la nueva ley) hasta hoy, los jubilados saldrían con la antigua ley 83,243 pesos menos
en el caso de pensión mínima a 156,386 pesos menos en caso de pensión media».

Debate

Hernán Letcher, responsable de CEPA, advierte que “con los niveles de inflación que tenemos, ningún sistema de compensación parece suficiente, que es lo mismo que les está pasando a los trabajadores activos”. «La contención fiscal que impone el acuerdo con el FMI es parte del problema»agregar.

Para Miguel Fernández Pastor, experto en pensiones y exfuncionario de Anses, «El problema de las fianzas es que tarde o temprano darán lugar a nuevos pleitos como el de Badaro»en referencia a la solicitud que hicieron miles de pensionados durante el gobierno de Néstor Kirchner, cuando aún no se había aprobado la ley de movilidad y la Corte Suprema ordenó indemnizar a quienes no recibieron el aumento del decreto.

Por su parte, Federico Bobrovsky, abogado previsional, entiende que “el sistema previsional no está separado de lo que ocurre en la economía real, por eso es tan importante fortalecer las políticas productivas que generan empleo”. “El aplanamiento de la pirámide salarial facilita que los sectores neoliberales sigan este sistema, con bajas tasas de reemplazo para la mayoría y sistemas de subsidios privatizados para unos pocos”, concluye.