En un escenario de duras negociaciones con el FMI y expectativas de acuerdo con el organismo multilateral, se ha dado a conocer un reciente informe de Naciones Unidas que asegura que “la deuda pública mundial alcanzará un récord de 92 billones de dólares en 2022” debido al endeudamiento de los gobiernos para enfrentar crisis como la pandemia del Covid-19. El documento añade que son los países en desarrollo los que más sufren esta situación y que «enfrentan el dilema imposible de si pagar su deuda o servir a su población». También establece que “3.300 millones de personas viven actualmente en países que gastan más en pagos de intereses que en educación o atención médica. Un mundo endeudado socava la prosperidad de las personas y del planeta. Finalmente, sugiere: “Los países en desarrollo, especialmente aquellos con una alta carga de deuda, necesitan más liquidez en tiempos de crisis. De lo contrario, existe el riesgo de que la crisis de liquidez se convierta en una crisis de deuda. Esto se puede lograr ampliando los fondos de emergencia. La red de seguridad mundial debe funcionar. Deben implementarse medidas como promover el uso de derechos especiales de giro, suspender temporalmente los complementos del FMI y ampliar el acceso al financiamiento de emergencia mediante el aumento de las cuotas”.

Es un mensaje cuya idea central son las antípodas del ajuste que propone el neoliberalismo en la Argentina y en el mundo. Más bien, sugiere lo contrario: que es necesario aliviar la carga de la deuda para aumentar la inversión, entre otras cosas, en educación y salud. Y termina con una propuesta de medidas similares a las defendidas por Argentina en las negociaciones con el Fondo.

El ideario del FMI podría resumirse en una frase de su Informe sobre el Sector Externo (2023), donde señala en el apartado sobre Argentina que los objetivos de las medidas que propone son “moderar el crecimiento de la demanda interna, fortalecer la balanza comercial y restaurar las reservas internacionales”, entre los más importantes.

En el marco de la campaña electoral, los directivos de Juntos por el Cambio continúan sin proponer nada nuevo en lo que se refiere a políticas que ya se han introducido en el gobierno. Más aún: dicen que harán lo que ya han hecho. Anuncian que se van a ajustar y ya se han ajustado. Esperan privatizar y ya han privatizado. Prometen buscar el orden, pero fomentan las crisis. Pretenden ofrecer el futuro, pero traen el pasado.

En todos los casos, cuando han vuelto a hacer lo que ahora proponen, los resultados han sido nefastos para la mayor parte de la sociedad argentina. Por eso están agitando el viejo discurso: ya liquidaron el sector público, ya privatizaron el sistema de pensiones, ya privatizaron las empresas de energía y agua, ya privatizaron la línea aérea de bandera, y están volviendo a iniciativas que ya fracasaron.

Por eso es fundamental la memoria de los argentinos y argentinas. Es fundamental recordar lo que sus políticas crearon entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019: 25.000 pequeñas y medianas empresas cerradas, miles de trabajadores despedidos, una fuerte reducción del PIB, recortes drásticos en los presupuestos de salud, educación y ciencia y tecnología, por nombrar solo algunos de los estragos que ha causado su gobierno.

Hay dos proyectos de países en el juego. Uno que incluye y otro que excluye. Uno que apoya un estado activo y otro que defiende un estado ausente que deja todo en manos del mercado. Una que apoya la educación pública, y la otra que insiste en el discurso de la educación, pero lejos de promoverla, la socava al reducir su financiación. Uno que promueve un ciclo virtuoso de desarrollo sustentable y una mejor distribución del ingreso y la riqueza, y el otro que, con mayor o menor velocidad, más o menos extremo y represivo, propone un ajuste.

El ministro de Economía y candidato presidencial de la Unión por la Patria, Sergio Massa, lo expresó así: “Están en juego dos modelos de país: hay un modelo que apunta a convertir a la Argentina en un exportador primario y banco de entrada y salida de la especulación financiera, y hay otro modelo de desarrollo económico con perspectiva federal”. “Necesitamos diseñar un proyecto de desarrollo que agregue valor a los hidrocarburos y minerales, generación de empleo, desarrollo tecnológico y revolución del conocimiento”, dijo.

En un acto en la sede de la CGT, Massa también aseguró que si gana, su primer objetivo «será defender el salario en la oferta de distribución y recuperar el 50 por ciento que alguna vez tuvieron los trabajadores». Y agregó que habrá un «presidente obrero» en el gobierno. Concluyó: «He venido hoy a esta CGT a comprometerme con ustedes, con la producción y con el trabajo».

El modelo de país que propone la Unión por la Patria dista mucho del proyecto Juntos por el Cambio, responsable de los 45.000 millones de dólares de deuda externa asumidos por Mauricio Macri y de la creación de activos externos o fuga de capitales. Nos referimos a la enorme transferencia de divisas a otros países que nos dejó endeudados y sin ningún dólar invertido en la Argentina.

Pero más allá del crédito del FMI que se les escapó, cuando hablamos de fuga de capitales, estamos hablando de enormes transferencias permanentes de riqueza generada en Argentina hacia el exterior, con actividades lucrativas que no pagan impuestos.

En ese sentido, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó en un acto en el Centro de Formación y Capacitación de Pilotos de la República Argentina que existen «428.635 millones de dólares en activos creados en el exterior por personas naturales y jurídicas argentinas». Agregó que “gran parte de esta riqueza se debe a la evasión de impuestos, la sobrefacturación de las importaciones o la subfacturación de las exportaciones” y que algunos empresarios “cuando calculan su rentabilidad no lo hacen como sugieren los manuales de economía de mercado, sino calculando la cantidad de dólares que quieren comprar”. ¿Cuánto se podría hacer en el país si tuviéramos estos recursos? ¿Cuánto de un aumento en la producción nacional de Argentina y el empleo de calidad se podría lograr si estas enormes sumas de dinero se invirtieran en Argentina?

Hay dos modelos de país, pero solo uno de ellos, el diseñado por Unión por la Patria, incluye un proyecto de Nación.

* Diputado Nacional por el Frente de Todos y Presidente del Partido Solidaridad.