Si bien se espera que la organización acelere todos los pagos de todo el año de cara a las elecciones de las PASO, el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a hablar sobre el caso argentino, esta vez dejando claro que el programa actual está en todos sus puntos.
Julie Kozack, vocera de la agencia, dijo que «estamos trabajando muy de cerca con las autoridades argentinas como parte de un programa para abordar una situación muy desafiante y compleja». En su habitual conferencia de prensa, la vocera, quien alguna vez fue negociadora directa con Argentina, agregó además que «el foco de las discusiones que se están dando en el marco de la quinta revisión» es «la reforma del programa teniendo en cuenta también el impacto de la sequía».
En ese escenario, sobre el estado de las negociaciones de la quinta revisión, reiteró que “estamos trabajando de cerca con las autoridades en el marco de la difícil situación económica que atraviesa Argentina, agudizada por la sequía”, tras recordar que luego de la última revisión a finales de marzo se aprobó un desembolso de 5.400 millones de dólares para el país.
Preocupado por cómo avanzan las negociaciones, si habrá un cambio significativo en las metas o un posible progreso en el pago, Kozack resumió que «las discusiones que están teniendo ahora son constructivas y virtuales» y confirmó que compartirán los resultados de las discusiones » a su debido tiempo».
¿Qué busca Argentina?
Según el programa creado con el fondo, quedarían por desembolsar unos $10.460 millones si Argentina cumple con las metas establecidas para el período, a pagar en tres cuotas (junio, septiembre y diciembre).
El gobierno, por su parte, buscará reformar este programa, cuyas metas se han vuelto más difíciles de cumplir por el impacto de la sequía -en las cuentas externas- y lograr un anticipo de $10.640 millones de este pago, con el objetivo de calmando las expectativas y fortaleciendo las reservas en un año electoral.
Las palabras de Kozack no son el primer acercamiento que hace el FMI mientras el equipo del ministro de Economía, Sergio Massa, negocia cambios en todos los objetivos del programa en Buenos Aires y Washington. Hace unos días, la organización presidida por Kristalina Georgieva subrayó en un brevísimo comunicado que “equipos del FMI y del Ministerio de Economía continúan trabajando constructivamente para fortalecer el programa apoyado por el fondo en el contexto de una sequía muy severa”. Y agregaron que “las discusiones se están dando de manera virtual y se espera que los equipos tengan varias reuniones esta semana para avanzar con el programa”.
Más temprano, el FMI entregó a la agencia financiera Bloomberg información sobre el avance de las negociaciones con Argentina, justo cuando semanas atrás trabajaba el ministro de Economía, Sergio Massa, para comprobar el fin de la corrida cambiaria.
En Buenos Aires, el jefe del gabinete de Hacienda, Leonardo Madcur, y el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, negociaban a diario con el venezolano Luis Cubeddu, a quien le encomendaron liderar las negociaciones con el país por el empréstito leonés. asumió la administración de Mauricio Macri. Según admiten en Economía, estas negociaciones terminarán en semana y media o dos, y allí la delegación de Economía viajará a Estados Unidos para llegar a un acuerdo final.
El objetivo de Massa es la estabilización política de las variables económicas, y eso, a su juicio, está ocurriendo con dólares, que hoy Argentina no tiene por la pérdida de más de 20.000 millones de dólares, que provocó la peor sequía en 100 años. Entonces se está tratando de hacer el avance con el FMI al mismo nivel que el ya vigente swap de divisas con China, que ya financia gran parte de las importaciones en esa moneda, y está pendiente la resolución del acuerdo con Brasil.
Esa pregunta parece más estancada. Se suponía que el ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, estaría en Argentina esta semana, lo que no sucedió. En todo caso, Hacienda insiste en que las negociaciones van camino de una resolución positiva y que el comercio bilateral se realizará con monedas locales, casi en las mismas líneas y volumen que con las chinas.