A pocos meses de las elecciones, el mundo empresarial comenzó a hacer una especie de investigación propia para saber de boca de los protagonistas cuáles son los posibles escenarios del oficialismo y la oposición de cara a las elecciones presidenciales. En una práctica que principalmente los grandes dueños de las empresas nacionales, por las imprecisiones de las encuestas y el informe contaminado que les traen los empresarios, han introducido almuerzos, cenas y conversatorios de todo tipo con los actores centrales de la fiesta. Una idea, según dijeron Página I12 varios protagonistas de la historia, es la honestidad de los escenarios reales que se dan con los candidatos del PRO y los grandes CEOs y algunos de los dirigentes del Frente de Todos, fuerza que aún no tiene candidatos.

El primer dato que aparece en este contexto es que, en entrevistas con varios precandidatos del PRO, los empresarios se han llevado casi la única certeza del mes desde la elección: que las cifras de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires, incluso en un contexto económico muy difícil debido a la alta inflación, son justos a los malvados. Por ejemplo, no hay diferencias con lo que reflejan las encuestas. El que tiene la visión más clara de este escenario es el intendente bonaerense Horacio Rodríguez Larreta, el único de Juntos que mira al período postelectoral. Varios CEO que visitaron su entorno partieron con la idea de que Larreta comenzaba a pensar en lo que sería una elección presidencial favorable a Juntos en las elecciones nacionales y la derrota de su candidato Diego Santilli en Buenos Aires a manos del gobernador Axel Kicillof.

El dato de Buenos Aires es central, pues el distrito concentra 4 de 10 votos y el Frente de Todos controla una parte importante de los distritos más populosos del tercero, donde en la legislatura de 2021 se logró una importante recuperación según el números de ODEPA. . Los empresarios de hoy ven a Kicillof como una de las figuras con mayor proyección política. “Es difícil y polémico, pero él habla, escucha y si tus ideas le funcionan, las discute”, dijo el empresario, quien trabaja con funcionarios del gobierno para el diario.

Además, los líderes del PRO dijeron a los empresarios que el factor Javier Milei en Buenos Aires es un problema sin solución aparente. Un líder opositor de muy alto rango le dijo al ejecutivo de alimentos a cargo de la UIA que «si no empezamos a jugar con las posibilidades de Milea, vamos a terminar peor». candidato en cualquier provincia con peso electoral y por debajo de Buenos Aires, pero las medidas de Juntos le dan entre 10 y 15 puntos. Si la intención de votar es real, esto es dramático para PRO porque Juntos afirma que en un recinto donde ganas por un voto y no hay votación, Milei «regalará» sus votos a Juntos después de PASO. Para que se dé este fenómeno, dicen en el makrismo “debes sacar menos de 8 puntos”. Si eso sucede, la suma de Juntos por el Cambio más Milei empataría la elección en Buenos Aires. Porque hasta en el plantel descartan que haya acuerdo entre Juntos y José Luis Espert, otro libertario que será candidato y tiene partida en la provincia.

Patricia y Larreta, en el espejo

“Por todo esto, Larreta insiste en los pactos apartidistas con el peronismo y el rumoreado consenso del 70 por ciento”, dijo otro director general que se dirigió a cuadros cercanos al intendente. En las últimas semanas se han producido varias reuniones de dirigentes del PRO con representantes de la Asociación Argentina de Comercio (AEA), encabezada por Arcor, Techinto y Clarín, y la Cámara Argentina de Comercio (CAC), manifestando su preocupación por la elección. que consideran un «misterio». Las dos entidades naturalmente están jugando duro contra el gobierno, pero no niegan que casi nada está claro sobre la votación en este momento.

Varios directores generales dijeron a este diario que para entender el escenario hay que mirar lo que ven Paolo Rocca, director general de Techint, y Luis Pagani, dueño de Arcor. “Estas son las que no comen curvas”, se sinceran. En esa nota, para cerrar el escenario PRO, también ven a Patricia Bullrich como «ya bendecida por Macri», lo que ven como un problema por el perfil del hipotético ganador preso PRO. Patricia montó un búnker para recaudar fondos para la campaña en el Hotel Palladio, en el centro de Buenos Aires, donde promete «liberalizar la economía, acabar con los sindicatos y el kirchnerismo» en los almuerzos con los presidentes ejecutivos. No es que al establishment no le guste la idea, pero prevén una explosión social si se aplica la teoría de Bullrich. Por eso, hoy los bancos Larreta.

El factor Cristina, Massa y Scioli

En las terminales del peronismo cuentan muy pocos hechos tangibles a los presidentes ejecutivos. En medio de las disputas y contradicciones internas entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, los empresarios consideran que «el candidato se definirá mucho más cerca de la elección y dependerán varias cosas».

Aseguran que CFK tendrá un papel clave en la campaña de Buenos Aires y muchos ya la ven como «candidata a senadora». Los empresarios creen, y lo mismo se constató en la reunión con el PRO, que «Cristina en la papeleta cambiará toda la elección, no sé si ganará, pero es una figura muy fuerte».

Un empresario de muy alto rango que se reunió con los líderes de Kirchner sintió que había un poco de pesar en el CFK por decir que no sería candidato. Por eso, dirigentes y militantes organizan una operación de clamor para intentar convencerla de que dé marcha atrás en su decisión, que están considerando próximamente.

A decir verdad, más allá de estas especulaciones, CFK está casi obligado a labrarse una fórmula nacional competitiva que tenga una propia porque tiene un interés central: velar por las posibilidades de su protegido, el gobernador Kicillof. Los otros dos nombres que suelen estar en la agenda de las dudas empresariales son el ministro de Economía, Sergio Massa, y Daniel Scioli. Ambos tienen dudas sobre cómo y dónde jugarán. Como le dijo un representante del kirchnerismo al titular del banco, «hasta que no veamos el destino de nuestras políticas y el modelo futuro, los nombres no van a aparecer».