La reunión se produjo en la madrugada de ayer y la foto no fue difundida hasta cerca del mediodía, mientras el mandatario ya estaba con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, anunciando la licitación del Canal Magdalena en Ensenada. En una postal en los jardines de la Quinta de Olivos, Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, se sonríen y miran algo en el celular del jefe de Hacienda. Según fuentes de la Casa Rosada do Página I12se reían de los rumores sobre una crisis política en el gobierno que reflejaban algunos medios. En general, en un ejecutivo que vivía de crisis en crisis, había motivos para sospechar que la salida del jefe de asesores de la presidencia, Antonio Aracre -tras agitar que Massa perdería su cargo y la ex Syngenta pasaría a ser la nueva ministro. – incidió en la corrida cambiaria que acecha al gobierno desde el pasado lunes. Pero en Rosada y en Economía precisaron que en realidad las sonrisas del presidente y Massa fueron provocadas por datos que diagnosticaban la tensión entre Economía y Rosada. Dicho esto, fuera de la lectura oficial, estas diferencias existieron y aún existen, pero el contexto dicta el escenario.
El diario ya había publicado en su edición de ayer que los dos mandatarios se habían pronunciado al menos en tres ocasiones tras la destitución de Aracre, pero el Gobierno buscó confirmar con una foto el apoyo del presidente al ministro responsable. “Son amigos, siempre hablan”, dijeron algunos de los que vieron el encuentro. Al término de esta reunión, en la que se discutió el contexto y acuerdo con el Fondo Monetario (FMI), el dólar blue ardía en 440 pesos, 17 más que el día anterior. Al final de la ronda, el crecimiento se desaceleró para cerrar en 432 pesos, 9 más que el día anterior. En definitiva, lo que era una corrida de toros se convirtió en una marcha abierta y trepidante que habrá que evaluar este viernes y el próximo lunes. El gobierno cree que se debió primero a la confirmación de Massa en el cargo y luego a las alzas de tasas por parte del banco central y algunas de las liquidaciones que se dieron en el dólar agrícola.
La confirmación de Massa con la foto viene de que el gobierno ve enterrada allí la convulsa salida del cargo de Aracre. El caso es que, además de ocupar un cargo secundario, se le ocurrió la filtración del rumor (que Massa se va) y ya fuera del cargo, según dicen en el gobierno, volvió a hacer otra filtración: en este caso, el plan para salir de la crisis, que le presentó a Fernández. No es la primera vez que el presidente tiene problemas para moderar y ordenar la renuncia de funcionarios de su riñón: ya sucedió con los exministros Martín Guzmán y Matías Kulfas. El primero renunció el sábado a través de las redes sociales mientras la vicepresidenta Cristina Kirchner daba un discurso en el Conurbano; y el otro también renunció, en medio de la tensión por la filtración. La fibra conductora da señales. Un alto funcionario recordó en ese momento que los dos choques más fuertes de la corrida que corrió el gobierno de Fernández se dieron por la salida de Guzmán y el asunto Aracre. Dos cuadros que mantuvieron vínculos políticos y consultivos en ese momento.
«Es asunto cerrado, no hay ruido, vamos adelante», decían a los diarios Economía y La Rosada, reflexionando sobre el encuentro entre el presidente y Massa y a la espera de ver si se traza una señal de moderación en la corrida. este Viernes. Además, la postal fue un medio para cerrar filas políticas, ya que la oposición, como allí se diagnostica, parece tener firme en la operación que a Massa no le queda más remedio que apostar por la devaluación.
Pescado en Olivos y Massou
Momentos después de la foto de la póliza, el BCRA elevó la tasa de política en 300 puntos base. Así, la tasa de interés anual para plazos fijos y letras se mantuvo en 81 por ciento. Después de Massa, el titular del BCRA, Miguel Pesce, también pasó por Olivos para hablar con el presidente. Esta decisión de subida de tipos se tomó con la idea de suavizar la corrida y desincentivar la huida de los ahorristas al dólar.
Alrededor de anoche, Pesce y Massa se reunieron en Hacienda, a pesar de las marcadas diferencias que ambos mantienen, incluido el uso de alzas de tasas como herramienta, y publicaron una foto del evento. Más allá de sus diferencias, buscaron señalar en una reunión en la que abordaron, como anunció el Departamento del Tesoro, “las cumbres del G20 realizadas en el marco de las reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington”. Y ante la «reciente medida del Directorio del BCRA de ordenar el pago de la importación de servicios».
Con todos estos gestos políticos, vistos en condiciones futbolísticas, Massa, en su partido más candente, decidió jugar con 4 delanteros y quemar barcos para apagar el fuego de los dólares recalentados. El resto del juego lo completó el sector rural, que decidió aprovechar el recurso dólar agrícola y comenzó a ingresar divisas.
Los exportadores juegan, la soja no
Paralelamente a las acciones anteriores, la agroindustria rompió el cero. Tras reuniones casi constantes con funcionarios muy cercanos a Massa, las exportadoras de granos liquidaron ayer un total de más de $177 millones entre soja, maíz y girasol. Esto provocó que el BCRA volviera a comprar $44 millones en moneda extranjera.
Del total liquidado de 177 millones, 70 fueron de soja. Según ha podido saber este diario, ya hay compromiso de vender más que eso este viernes. Un poco de aire después de dos días de sequía. Desde principios de mes, los asentamientos han llegado hasta ahora a 1.700 millones.
Pero el problema es de los fabricantes. Ayer se realizó la primera subasta de soja en la Bolsa de Comercio de Rosario. Asistieron empresarios, productores y hasta el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti. En ese contexto, hubo un debate en el que los productores de soja advirtieron que se negarían a vender a los exportadores al precio actual. Este lobby para la apreciación del dólar de la soja y el impulso para la devaluación se presentó en estas páginas el domingo. Ahora, además de presionarlos, les han dejado un ultimátum de que quieren que el gobierno libere los créditos del Banco Nación que actualmente están bloqueados.
El punto es que el aumento de las tasas también acabará siendo un boomerang. Lo que beneficia al ahorrador perjudica al productor. Por eso hoy, la normativa indica que está prohibido otorgar créditos subsidiados a los productores que retengan más del 5 por ciento del inventario total de soja de la campaña anterior. No tienen acceso a un préstamo con una tasa del 55 por ciento y han advertido que pelearán por él.