En la segunda mitad del año, el aumento del nivel de actividad económica (y con él del nivel de empleo) dejó de ser condición suficiente para reducir la tasa de pobreza. Por primera vez en veinte años, hubo un aumento de la pobreza a pesar de un aumento del PIB per cápita. Específicamente, en la segunda mitad del año, el PIB per cápita aumentó 2,9 por ciento interanual, mientras que la pobreza aumentó 1,9 puntos porcentuales en el mismo período. ¿Cuáles son los factores que explican este punto de inflexión?

Las mejoras en la actividad económica generalmente se asocian con una mayor producción y mayores necesidades de empleo, lo que ayuda a que más hogares comiencen a ganar salarios suficientes para sacarlos de la pobreza. Sin embargo, el segundo trimestre de 2022 fue una excepción y la consultora Ecolatina analizó las causas.

– Aumentar el empleo, pero informal y por cuenta propia

La tasa de empleo alcanzó un máximo histórico para la serie, aumentando 1,2 puntos porcentuales (43,2 por ciento a 44,4 por ciento), mientras que el desempleo cayó de 7 por ciento a 6,7 ​​por ciento en el último semestre.

“Los trabajadores informales y por cuenta propia explicaron el aumento del nivel de empleo en el segundo semestre”, aseguran desde Ecolatina. De los 1,2 puntos porcentuales que aumentó el empleo frente al segundo semestre de 2021, 1,4 puntos porcentuales correspondieron a un aumento de los asalariados informales y 0,2 puntos porcentuales a los cuentapropistas, mientras que los asalariados formales registraron una disminución de 0,3 puntos porcentuales

“Cabe señalar que la tasa de actividad, compuesta por la población que tiene o busca trabajo, se encuentra en niveles récord para la serie, posiblemente escondiendo el efecto de un trabajador adicional: las personas que no estaban en el mercado laboral son insertados con la intención de tener ingresos familiares adicionales en el contexto de un fuerte deterioro de los ingresos».

– Inflación

El contexto de aceleración de la inflación, que pasó de un incremento promedio mensual de 5,3 por ciento en el primer semestre a 6,2 por ciento en el segundo; Junto con la caída de los ingresos reales, explican por qué, a pesar de la mejora de los niveles de empleo, ha habido un aumento de la pobreza.

El salario real formal en el segundo semestre cayó 1,6 por ciento interanual, el informal 9 por ciento. En este sentido, el hecho de que tener un trabajo –incluso uno formal– no es una condición suficiente para no ser pobre se ha profundizado con el aumento de la nominalidad en los últimos años.

– Una caída en los salarios reales.

En 2022, los salarios reales tanto formales como informales acumulan cinco años consecutivos de caída. «En promedio, el año pasado, los salarios formales lograron vencer (ligeramente) a la inflación, apoyados por la reducción de la negociación colectiva, lo que hizo que los acuerdos fueran menos permeables a la erosión de las sorpresas inflacionarias», dice el informe. de Ecolatin. Sin embargo, los salarios informales reales cayeron un 7,6 por ciento. Desde el último pico en 2017, el salario informal ha sufrido una pérdida real del 35% por ciento, mientras que el salario real formal cae un 18 por ciento.

– Es más caro ser pobre

El incremento en los precios de la canasta básica y de alimentos superó al IPC en la segunda mitad del año. En comparación con 2022, en la segunda mitad del año la canasta básica de alimentos (CBA) -que define la línea de pobreza- y la canasta básica total (CBT) -que establece la línea de pobreza- aumentaron en promedio 92 por ciento y aumentaron en 86 por ciento interanual por encima de la inflación del período (+85 por ciento).

– Menos gasto en prestaciones sociales.

La aceleración de la inflación en la segunda mitad del año provocó un deterioro real del gasto público en prestaciones sociales de 7,6 por ciento. Por ejemplo, la prestación universal por hijo (AUH) siguió perdiendo en términos reales (-9,7 % interanual), lo que representa una proporción menor de la canasta básica de alimentos de un niño, de un promedio del 70 % en la segunda mitad de 2021 a un promedio del 62 por ciento en la segunda mitad de 2022.

“La estabilidad macroeconómica (incluida la creación de empleos de calidad) será una de las principales condiciones previas para evitar que continúe la consolidación de la pobreza. Sin ella, las políticas de ingresos seguirán siendo ineficaces e insuficientes, y la pobreza (crónica) seguirá reproduciéndose de generación en generación y en profundizar su impacto a futuro en términos de impacto en el capital humano y la productividad del país”, concluye Ecolatina.